Rosa Mosqueta, el aceite de la juventud

Esta planta es uno de los productos naturales más potentes para la regeneración de la piel. Su aceite actúa como un «borrador» de las señales que afectan a la dermis y está empezando a ser indispensable en muchas formulas cosméticas.

Es el último gran aliado de la «eterna juventud». Su nombre científico es Rosa Affinis Rubiginosa, y es el fruto de un arbusto que posee unas grandes semillas en su interior, de donde se obtiene su preciado aceite.

Según un estudio de la Facultad de Química y Farmacología de la Universidad de Concepción (Chile), los ácidos grasos esenciales que contiene esta sustancia regeneran la piel, disminuyen arrugas y manchas y previenen el envejecimiento prematuro.

TE CUIDA POR DENTRO

El aceite de rosa mosqueta posee unos altos niveles de ácidos grasos esenciales poliinsaturados (linoleico y linolénico) y también vitamina C, ácido retinoico, carotenoides, flavonoides, pectinas, polifenoles y riboflavina.

Estas sustancias participan en la regeneración de tejidos y contribuyen a fortalecer las defensas del organismo frente a posibles enfermedades.

Por ello, aparte de un uso cosmético, puede tomarse en infusiones de semillas o de los pétalos de la flor para cuidarte pro dentro.

  • Reconstituye eficazmente los tejidos internos.
  • Tiene una ligera capacidad diurética y laxante.
  • Su alto contenido en vitamina C ayuda a combatir resfriados y gripes.
  • Las infusiones de pétalos limpian los riñones.
  • Ayuda a la disolución de cálculos biliares y renales.
  • Controla las infecciones intestinales.

Y POR FUERA

  •  Regenera la piel y los tejidos dañados.
  •  Nutre la dermis, reduce cicatrices y elimina arrugas poco profundas.
  •  Corrige el fotoenvejecimiento y los problemas cutáneos que suelen aparecer cuando te expones mucho rato al sol, puesto que regenera la melanina.
  •  Elimina manchas (solares, producidas por acné, la varicela…) porque redistribuye la pigmentación.
  • Mejor los síntomas de la psoriasis.

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Suele presentarse en forma de aceite puro. Tiene una textura muy ligera y de fácil absorción.

Para áreas pequeñas se aplica sobre la piel con suave masaje; para zonas mayores lo ideal es mezclarlo con una crema neutra, añadiendo unas 5 gotas y removiendo bien.

Cada vez hay más productos cosméticos, e incluso geles de baño, que incorporan este aceite a su composición.

 

Proporciona excelentes resultados tras un peeling abrasivo, si hay cicatrices quirúrgicas, quemaduras, estrías recientes (por embarazo)… En definitiva, es muy útil cuando la piel necesita regenerarse de una manera eficaz. Su acción es comprable a la de un borrador de manchas y señales.

Su aceite también se emplea para repostería, infusiones y jaleas, gracias a su altísimo contenido en vitamina C. El té de rosa mosqueta está especialmente recomendado para fumadores, ya que suelen tener déficit de ese nutriente.

¿A qué esperas para probarlo? Lo notarás por dentro y por fuera ¡¡¡

 

 

 

 

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