DIETA POST-VACACIONAL

 

Ya hab2ap3_thumbnail_Comida-sana_20150921-170724_1.jpgs vuelto de tus vacaciones, que rápido y que bien lo has pasado… pero, ahora te has dado cuenta de que has ganado unos kilitos. Durante el verano, y especialmente en vacaciones, tendemos a relajar nuestros hábitos alimentarios, concediéndose esos caprichos de los que tratamos de privarnos el resto del año. Tentaciones que pueden hacer que ganemos unos kilitos sin darnos cuenta.
¡¡ No te preocupes, te ayudaremos a recuperar tu figura y a prepararte para la nueva estación !!
La dieta post-vacaciones es un plan alimentario pensado para desintoxicar el organismo después de los habituales excesos y desórdenes que se cometen durante el período vacacional largo. Se trata de una dieta sana y fácil de seguir, porque incluye variedad y sabores. En cuanto a su duración, puede hacerse hasta alcanzar el peso deseado, pero la idea es bajar un par de kilos y no mucho más, porque es una dieta hipocalórica.
Para retomar un régimen equilibrado, lo primero es hacer un buen desayuno, seguido de 4 o 5 comidas ligeras en el día.   No «picar» fuera de estas comidas.    Consumir al menos 2 frutas (no zumos) y 2 raciones de verduras (una cruda) diarias.    Evitar el tabaco y el alcohol, y hacer por lo menos 30 minutos de ejercicio moderado.   La frutas y las verduras son los alimentos esenciales para una dieta post-vacacional: gran fuente de antioxidantes (vitamina E, carotenos, vitamina C, licopeno, zinc, selenio), estimulan el sistema inmunológico y retrasan el envejecimiento. Aportan energía sin aportar kilos…
El aceite de oliva también es recomendado. Su alto contenido de vitamina E y ácidos grasos mono-insaturados ayuda a reducir el colesterol.
Los lácteos deben ser desnatados. Se pueden admitir 2-3 raciones por día, sobre todo por su contenido de calcio de fácil absorción. El yogur aumenta las defensas y favorece la digestión: tomar 1 al día. Limitar el consumo de quesos, o elegir los menos grasos.
De carnes, pescado y huevos, se pueden tomar 2 raciones al día. Preferir los pescados, por su riqueza en ácidos grasos esenciales (Omega 3), que protegen contra enfermedades cardiovasculares. Las carnes recomendables son las partes magras de la ternera y el cerdo (solomillo, lomo); pollo sin piel y conejo. Cocinarlas a la plancha, en el horno, en el microondas, en papillote, a la sal, etc.
Pan, pasta, arroz, patatas: hay que incluir una pequeña ración en cada comida. Siempre es mejor la variante integral.
Recuerda que una vez que completes la dieta hay que seguir cuidando nuestros hábitos en la mesa, tratando de compaginar una dieta sana, variada y equilibrada con la práctica regular de ejercicio físico.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.